Tú, fiel compañera e incondicional amiga, resuenas cual eco en la burocratizada mente que te añora:
tu silueta silba en mi mente, cual brisa fresca:
lejana, intangible, permanente y agradable;
tu oscuro cabello y tus risueños ojos me despiertan con el rocío,
despojándome del letargo de la rutina.
Tú, gentil musa que creces en mi ser inspirando parodias:
tu contagiosa alegría plaga los corazones con aluviones de concordia,
como el canto de las aves durante el sol naciente;
tu ser puro cristaliza el entorno,
vertiendo paz, armonía y empatía con lo cósmico.
Tú, suave como un pétalo, acolchas mi esperanza:
tu frágil esencia conjuga con tu fuerza interior,
logrando el equilibrio vital que nos aproxima;
tu alma comulga con la mía,
más allá del entendimiento humano,
fuera del tiempo y del espacio.
Así es como tú ya eres parte mía, así es como tú eres mi fraterna alegría.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tus comentarios me retroalimentan