Es un hombre digno, debe llenarse de virtudes y esquivar los defectos, ser tolerante frente a las fallas de los demás y conseguir las riquezas que acrediten su nombre.
Será opulento, honroso, bien nacido, considerado y sobre todo, independiente, pues no temerá a los pequeños peligros y afrontara a aquellos que sean de su altura, incluso arriesgando su vida; hará el bien a los demás sin pedir nada a cambio; se mostrará altivo ante los grandes y benevolente ante los débiles, actuando apropiadamente, dedicándose a las cosas que puede lograr a la perfección, sin hacerles caso a aquellas que están fuera de su alcance; será público en todas sus actuaciones, sin ocultar odios ni sentimientos de amistad; siempre sincero, sin hipocresías; evitará a los aduladores que lo hacen sirviente y congeniará sólo con verdaderas amistades; no será rencoroso, ni vivirá en el pasado, mas por lo contrario, actuará en el presente con miras al futuro; no atenderá chismes ni los divulgará y al tener algo que comunicar, siempre lo hará ante los oídos de quien debe hacerlo, sin dramas ni revoloteos.
El magnánimo tendrá un porte fabuloso, muy elegante, con una voz gruesa y pausada, demostrando su gran paciencia a cada paso. En resumen, el hombre magnánimo será un hombre con alma grande, fortaleza y elegancia, que busca constantemente el honor en grande.
01/11/2000
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