Estoy mejor que nunca. Como no hacerlo, si por fin me encuentro nuevamente; como no hacerlo si por fin dejo que me encuentren; como no hacerlo si ahora vuelvo a comprender que en la crueldad de la vida es donde se esconden los mejores tesoros de uno mismo; como no hacerlo si tengo la constancia de que hay algo al otro lado del sol; como no hacerlo si ahora tengo la oportunidad de coquetear con las tensiones del prójimo, que generan mi rebeldía; como no hacerlo si lo racional es placebo y lo irreal no deja de ser fútil.

domingo, 20 de abril de 2014

EUTANASIA EPÍLOGO

¡Qué duro sufrir aquella lucidez de mente que supera a las capacidades físicas, siendo la tregua con la vida atrasada a caprichos de la agenda mortuoria! Cruel ángel negro, emerge de tu perversidad éste drama de gélidas pasiones, que carcome el alma enjugándola entre lágrimas convergentes de fétida ciénaga sepulcral. ¿Por qué te empeñas en visitarme cotidianamente, si luego rehúsas llevarme contigo? Vas pisándome los talones gozosamente, sin procurar siquiera rebasarme, como si estuvieras aún tanteando la fortaleza de un espíritu ya desvanecido. ¡Oh demonio encapuchado! Cercéname de una vez con tu refulgente guadaña y deja de burlarte de los errantes vivos, que aún guardan insulsas esperanzas.

¡Qué pesar! No sólo me encuentro completamente sumido en la desgracia, enfangado en el oscuro fondo de tribulaciones innombrables, sino que, para colmo de males, vengo arrastrando en mi desdicha a todos aquellos seres que amo entrañablemente, sin que purgare sobre aquellos culpa alguna. Es innegable testigo mía la energía cósmica, única fuerza vital del mundo y su entorno, la que demostrará a la postre que di todo mi ser por restablecerme y reanudar el orden primigenio de las cosas, aboliendo desdichas y recuperando la gracia que nos acompañó hasta mi caída, mas el ingrato devenir en el que me encuentro, remolcando en penas a quienes llevan mi lastre, está quebrando mi espíritu, sin que apelación alguna retorne a mí el don de la expresión, mostrándome inútiles todos los esfuerzos por manifestar mi desesperación y exhortar aquella despedida, que añoré desde que la luz volvió a cegar mis ojos.

Lo único que aún queda por hacer, es desvanecerme entre mis propias tinieblas, esperando quieta y pacientemente a la lóbrega Parca, dejando libres a los míos, sin aguardar que la piedad se manifieste en sacra eutanasia.

20/04/2014






jueves, 17 de abril de 2014

EUTANASIA V

Siento un abrupto despertar, entorpecido con aquella carga sobre mi pecho que últimamente se hace rutinaria, quemándome la congestión pulmonar subyacente, a la vez que una extraña existencia me besa, arrancándome por el conducto bucal lo poco que me queda de alma. Pesada extracción que contrae fuertemente mi esternón hasta dejarme sin halo de vida. Tortura recurrente que acompaña el ardor de mi lacerado cuerpo, volteando mi conciencia nuevamente al tiesto de pesadillas desarticuladas.

Así, quebrado, inerte, paralizado, obtuso, tengo el espíritu maltrecho que se aloja en un pútrido cuerpo sin vida. Refusilos constantes de despertares agónicos me colman de conciencia respecto a lo que pasa en mi entorno, sin poder hacer yo más que aguantar unos segundos sin desfallecer ante mi tortura. Lúcidos reflejos que me acercan a aquellos que velan mi purga, alimentándome con migajas de vida que serán secretadas por el ánima, que luego volverá a montarse en mi pecho para darme el doloroso beso extractivo.

Tragedia constante que chupa los pocos recuerdos de mi doncella y el bello niño que la acompaña para llorar a su padre. Peregrinos que con suma constancia se derriten en sollozos ante mi lecho, sin animarse a ejercer la vida que sonroja sus mejillas, sin cumplir con los designios que les dota sus hábiles cuerpos, desfallecen junto a mí, cual si fueran parte misma de la parálisis que me agobia. Enmohecida cadena que los ata al verdugo creador de eslabones, restando sentido a su humanidad, para anclar en pena el pantanoso destino al cual los aferró una imprudencia. Lastre invasivo que va carcomiendo el sentido vital de quienes se contaminan con su condolencia, aferrando hipocresías puritanas ante una evidencia que trasciende ficciones sociales, cuando al punto final sólo le basta un poco de cordura extraída del tintero.

17/04/2014
                                                                                                                    
(Ver: http://santiagoalonsomedeirosurioste.blogspot.com/2014/03/eutanasia.html; http://santiagoalonsomedeirosurioste.blogspot.com/2014/03/eutanasia-ii.html; http://santiagoalonsomedeirosurioste.blogspot.com/2014/04/eutanasia-iii.html y http://santiagoalonsomedeirosurioste.blogspot.com/2014/04/eutanasia-iv.html)


CONTINUARÁ...


jueves, 10 de abril de 2014

EUTANASIA IV

Un nuevo capítulo levanta su telón en esta extraña vida que vengo acarreando con lastres de impotencia. Oportunamente y sin necesidad de réplica alguna, la doncella que vela mi ser aparta sus pesares, clarifica su entonación y se dirige ante mí, como si pudiera yo romper su monólogo con alguna respuesta. Así desembrolla abruptamente un desarticulado discurso, con tantas crestas y valles, cuyo barítono arrastra incongruencias desmoronadas entre escarpadas y retórica remontada por farallones verticales, concluyendo con poda: deshojando ideas que cristalizan aquel pasado que he llevado a cuestas por medio de un sueño sin fin ni génesis.


Huelga replicar nuevamente todo ese aluvión de anécdotas, enturbiado con variopintas sensaciones mal digeridas y adjetivos que desmenuzan una existencia impalpable, mas del relato debo rescatar la conclusión que alega mi estado actual. Entre altibajos de tensión y ahogos involuntarios, pudo su aguda voz confirmar la veracidad de aquel accidente en la motocicleta, desvaneciendo las presunciones de mi sueño, para asirlas en una realidad pretérita, que me tiene enclaustrado en ésta excrecencia inmóvil.

10/4/14

CONTINUARÁ...


miércoles, 9 de abril de 2014

EUTANASIA III

Efectivamente se trata de ella, del hada que se aparece como mi pareja en los sueños que glorifican mi tormento. Mucho más delgada que lo que la recuerdo de las alucinaciones, con el rostro completamente demacrado, caladas mejillas entornadas por oscuras ojeras e irritadísimos ojos, pero esta vez con una cintura muy remarcada y adolecente del fértil vientre. Algunas canas pintan su azabache cabellera y las arrugas empiezan a pronunciarse en su rostro, ¡oh leal compañera! ¿Cuánto tiempo llevaría postrada a mi lado?


Por una casualidad motivada en energías reprimidas dentro de un cuerpo flácido, cual efecto kármico o designio divino, ora cósmica piadosa en fusión enérgica, se aproxima el médico para posar, una vez más, sus carnudas pinzas dactilares en mis párpados y esculcarme como a aquel maniquí inerte que le fuera provisto en prácticas universitarias de anatomía, al mismo tiempo que, elevando su voz, enfatiza la importancia vital de reforzar mi ser consciente a través de arrullos de cariño y manifestaciones de vida, pretendiendo así convencer al estropajo que llevo de cuerpo, para que se incorpore pronto a la vida que lo aclama.

8/4/14


CONTINUARÁ...