¿Donde estará mi imaginación?
¿Se quedaría extraviada en aquellos días de mi niñez, cuando vivía rodeado de historias y fantasías? posiblemente si.
Tal vez la abrupta interrupción de una intranquila adolescencia, despreocupada y revoltosa, fue la causa de su muerte.
¿O, sería el ingreso a la madurez lo que la cercenó?
Con tantos ires y venires quedo olvidada. Por una conciencia ocupada en las realidades de mi gente, la abandoné. Constantes aflicciones, nuevas necesidades y, sobre todo, un posible miedo la desplazaron.
Vergüenza quizás, de ver que tengo alma de niño, y rubor al pensar que pueden verme jugando; fobia al qué dirán.
La verdad, no lo sé, pero me angustio...
¡La extraño!
10/10/2000
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