En cruento encuentro con migo mismo descubrí:
que la vida es absolutamente etérea,
que el tiempo es prisionero de manecillas,
que las oportunidades no son simples desquites.
En cruento encuentro con la vida descubrí:
que los amores sólo son pasajeros,
que la gente es egoístamente interesada,
que los afanes quedan en falsas intenciones.
En cruento encuentro con el amor descubrí:
que la libertad es ultrajada y siempre limitada,
que las obligaciones acarrean responsabilidad,
que los placeres tornan en grilletes.
En cruento encuentro con la libertad descubrí:
que la riqueza es pasajera alegría,
que la moral y la ética les vale un céntimo,
que la solidaridad es una hipocresía.
En cruento encuentro con la muerte descubrí:
que ya no soy ni seré el mismo,
que mi vida me es indiferente,
que la libertad es un placebo,
que el amor hiere profundamente.
En cruento encuentro contigo descubrí:
que tu vida es absolutamente vacía,
que mi tiempo es prisionero de tus caprichos,
que las oportunidades no son reales intenciones.
En cruento encuentro con tu vida descubrí:
que nuestro amor es sólo pasajero,
que tu egoísmo engendra odios y rencores,
que las caricias quedan en falsas pretensiones.
En cruento encuentro con tu amor descubrí:
que mi libertad fue ultrajada y siempre limitada,
que los coqueteos se disfrazaban de vulpejas,
que los quehaceres tornaban en grilletes.
En cruento encuentro con la libertad descubrí:
que muero día a día, con o sin tu compañía,
que la estética contraría a la moral y a la ética,
que nuestra historia es una hipocresía.
En cruento encuentro con la muerte descubrí:
que ya no soy ni seré el mismo,
que mi vida me es indiferente,
que la libertad es un placebo,
que el amor hiere profundamente.
En cruento encuentro con la vida.
En cruento encuentro con la libertad.
En cruento encuentro con el amor.
En cruento encuentro con la muerte.
¡En cruento encuentro con lo cíclico!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tus comentarios me retroalimentan