El
hueco en el pecho,
la
mente obnubilada,
la
mirada perdida,
y la
estirpe espesa.
El gato
rondando,
maullando
por comida,
rasgando
esponja
y
escupiendo pelusa.
Los
ojos hinchados
con
párpados pegados,
por
secas lagañas
y
destilada sangre.
Recuerdo
de asas
firmemente
sostenidas,
calludas
manos
y
suaves caderas.
Lagrimales
quebrados,
espíritu
resecado
y
maratónica carrera
enmarca
la nariz.
Pasado
congelado,
futuro
incipiente.
Quizás
algún día
amemos
a la gente.
Basalto
en el alma,
cenizas
en la memoria,
hecho
ya el sepelio
se avizora la calma.
13/8/13
Seguro, algún día...
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