El abismo donde hace eco la esperanza es cada vez más hondo,
apocándola en su vertiginosa caída. Penosa etapa recurrente que obliga a la
retrospectiva, llevándonos irremediablemente al almacén del olvido para
desempolvar la fuente de nuestra individualidad.
Muchas veces nos pasa la vida imperceptible, cual si la
flojera de absorber de ella dulce elixir se tornara en grillete, obligándonos
cruelmente a chapotear en la rutina, sin chance a sacarle provecho alguno,
amalgamando a su vez aquella duda respecto al grado de conocimiento y
reconocimiento del prójimo, distanciándonos por aquel inclemente pasar del
tiempo.
Ambas consignas anuncian aquel deseo inmerso que purga por
salir a brote, el cual consta de férreo intento por desenterrar dulces
recuerdos, acumulados y archivados al atravesar una etapa cercenada
abruptamente por adversa coyuntura.
Tenue sombra nublada de olvidos, brota cual silueta
descriptiva de aquella etapa de la vida en que los jóvenes pre-adolecentes
escapan al sexo opuesto, como si prepararan energías para postrera caza furtiva
en sentido contrario. Etapa en la que el acercamiento humano es absolutamente
inocente, encontrando mella en la corrupta perversión humana de estigmatizar al
prójimo.
Tratase esta vez de un éxodo temporal, en el que su
protagonista encuentra remedio a la hostilidad de roscas prefabricadas, tras el
sincero abraso de candorosa hospitalidad femenina, la cual aparenta amplitud,
pero es inmediatamente abrumada por la infamia ajena.
Él es simplemente un muchacho intimidado por las
circunstancias, cuyas reacciones transitan entre cavilación y ostentación,
probando así la suerte que pudiera abrirle las puertas recientemente empotradas
a su alrededor. Ella, en cambio, muy segura de sí misma, arremete con brillosos
ojos y delgada figura, para descargar cual aluvión su creciente curiosidad.
Grandes ojos rasgados hacia arriba con indicio de perenne
dicha, curvilínea nariz anclada en delineada boca, cuyos delgados labios
sonríen con ternura, fisonomía tal, que da lugar a la subordinación del ego,
logrando así una cita clandestina para transmitir aficiones afianzables por el
resto de su existencia.
Inmediatamente fraguan los cimientos de la que pudiera ser
una complicidad más que duradera. Luego de estrechados los vínculos y
conciliadas las coincidencias, recorren juntos el recóndito camino de
interacción amigable, fusionando afinidades y pasiones, contagiándose a la vez
sus idílicos. Mas avatares de huracanada vida, hacen que dos almas paritarias
escarben distintos rumbos, condenando a aquellos presagios tras el calabozo del
olvido, sin opción alguna a que siga construyéndose el porvenir común.
Amerita confesión, es justo
para ella el saberlo: surgida de la nada entre los sueños del ya crecido
secuaz, logra causarle gran trabajo descifrar las razones que llevaron al
exilio aquel cariño, cuyo desarrollo fue de alguna manera enfangado en el miedo
al tabú. Llaga reabierta para paliar soledad insurrecta, cabildea en la mente con halo de arrepentimiento,
guardando en su morral la esperanza por el retorno de la golondrina migratoria,
sabiendo inteligiblemente que existen probabilidades en contra, a la vez que se
conoce paradero irresoluble.
2/08/2013
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