Estoy mejor que nunca. Como no hacerlo, si por fin me encuentro nuevamente; como no hacerlo si por fin dejo que me encuentren; como no hacerlo si ahora vuelvo a comprender que en la crueldad de la vida es donde se esconden los mejores tesoros de uno mismo; como no hacerlo si tengo la constancia de que hay algo al otro lado del sol; como no hacerlo si ahora tengo la oportunidad de coquetear con las tensiones del prójimo, que generan mi rebeldía; como no hacerlo si lo racional es placebo y lo irreal no deja de ser fútil.

martes, 9 de agosto de 2022

EL ROSTRO DE LA CENIZA

 

Con la conciencia tan oscura como el carbón

y un cinismo inquebrantable,

exhibo el talante de mi ceniza

plasmada en el cenicero.

 

Lo hago con cierto placer autodestructivo.

Lo hago con morbo expropiado.

Lo hago con el sublime gozo

de una adicción libidinosa.

 

Ahí está evidente y traslúcida.

Tendida contra la fría cerámica del cenicero.

Sensual,

seductora,

paciente,

pensativa.

Contemplando con gracia las horas que me quedan;

las horas que placenteramente me resto.

 

Ahí está, con su grisácea silueta,

marcada en el abismo

de horas interminables

con cigarrillos extintos.

 

Coqueta,

enigmática,

plástica.

Aguardando en el rellano

a que me decida a acompañarla

y plasme yo también, contrastadas,

mis cenizas en el frio purgatorio.


9/08/2022




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