Estoy mejor que nunca. Como no hacerlo, si por fin me encuentro nuevamente; como no hacerlo si por fin dejo que me encuentren; como no hacerlo si ahora vuelvo a comprender que en la crueldad de la vida es donde se esconden los mejores tesoros de uno mismo; como no hacerlo si tengo la constancia de que hay algo al otro lado del sol; como no hacerlo si ahora tengo la oportunidad de coquetear con las tensiones del prójimo, que generan mi rebeldía; como no hacerlo si lo racional es placebo y lo irreal no deja de ser fútil.

lunes, 1 de agosto de 2022

MANOS AL SOL

 

Entumecidas las manos, en ellas pesa el pasar del tiempo, la quietud, el anquilosamiento por la gélida humedad al fondo del pozo, el miedo… mejor dicho, los miedos apilados, pesados, grotescos, apoltronados y sin sentido. Tribulaciones ridículas enraizadas en una procrastinación vorágine, una peste cual nubarrones oscuros que raudamente colman los cielos.

¡Basta ya! ¡La presión del ahogamiento no debe perpetrarse! Llegó hoy el momento de sacudirse el polvo acumulado por una errante diáspora entre la simple supervivencia y aquellas indulgencias de una capitulación ante azares idealizados.

Hados luminosos vuelven a brillar refulgentes en las comisuras del pensamiento. Aportan el calor necesario para empezar a sentir las falanginas, falanges, nudillos, túnel carpiano, vida táctil, ¡ansias por empuñar la pluma! Nuevamente llega la hora de invocar a las musas. Nuevamente llega la hora de cantar a la libertad. Nuevamente llega la hora de despertar aquelarres y entonar a todo pulmón odas contestatarias que hagan apología de la vida en rebeldía.

06/07/2022




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