Estoy mejor que nunca. Como no hacerlo, si por fin me encuentro nuevamente; como no hacerlo si por fin dejo que me encuentren; como no hacerlo si ahora vuelvo a comprender que en la crueldad de la vida es donde se esconden los mejores tesoros de uno mismo; como no hacerlo si tengo la constancia de que hay algo al otro lado del sol; como no hacerlo si ahora tengo la oportunidad de coquetear con las tensiones del prójimo, que generan mi rebeldía; como no hacerlo si lo racional es placebo y lo irreal no deja de ser fútil.

martes, 25 de junio de 2013

ENCUENTRO REDIVIVO

Caminando por las calles, en una tarde invernal, empezó una fría brisa anunciando tormenta, cual pionera del temporal alertando a los transeúntes para su pronto resguardo. Rápidamente entró en colapso el deficiente sistema de transporte, posiblemente el peor del continente, incluso el peor del mundo, mas los gélidos halos polares nunca dieron tregua al desprovisto peatón. Entre las alternativas, quedó descartado el regreso a casa, por lo tanto debió procurarse algún local público donde guarecerse. La opción más convincente era, sin duda, algún café donde pudiera disfrutarse del elíxir aromático de tostado fruto tropical, haciéndose obvio de inmediato que muchas almas se encontraban en la misma penumbra y la amenaza de escasez de servicio apremiaba a tomar por asalto la opción más próxima.

Ya posicionada la mesa como si fuere la asediada torre de alguna fortaleza medieval, arreció la calma que se consolidó con paciente espera por la taza de caliente brebaje oscuro, sensiblemente acompañada por sin igual vista desde la vitrina, la cual daba muestra como, poco a poco y con la constancia de ardua tarea, caían blancos y livianos copos de nieve que cubrirían de un blando manto aceras y calzada. Entretanto, al calor del fogón, tornaba golosa la vista al exterior, a la par que se hacían inhóspitas las calles de la ciudad y satisfacía su límite de hospitalidad el local escogido, cerrando así sus puertas a nuevos pretendientes.

Difícil descifrar en aquellas circunstancias si el impulso se debió a un instinto de piedad, o por lo contrario un simple reflejo de voluptuosidad, pero sin dar lugar a raciocinio alguno, fue cedida la silla libre a bella dama proveniente de lejanas tierras. El acto evidentemente coronado por inteligibles señas, auguraba diferencias idiomáticas que pudieron complicar bastante la siguiente meta del acercamiento, mas la sorpresa fue harto agradable al encontrar que de la amplia gama de idiomas que plagan este mundo, se tenía uno en común, sin el léxico suficientemente amplio en cuanto a los intérpretes, con una acentuación indudablemente dispar, pero con un accesorio lenguaje no verbal que dio prueba clara de la fuerte intención que ambos tenían para enriquecer la comunicación.

Pasado un buen rato de descifrarse el uno al otro, mientras el manto de nieve que cubría la ciudad excedía el decímetro, quedó abortada abruptamente la timidez y, tras una caricia de manos, se juntaron los labios con la ternura del encuentro platónico, refundiendo posiblemente las almas extraviadas de vidas pasadas, cuyo juramento ad-eternum pudo plasmarse en circunstancias similares de alguna oscura era pretérita. Beso y preámbulo, que hizo escurrir por todo el cuerpo de ambos seres, un ardiente palpitar colmado de libidinosidad, cuya candente pasión pudo fácilmente derretir por completo los hielos colmatados en el exterior.

No hace falta entrar en detalles ni depurar hechos, pues lo que se dio a continuación pudiera exceder la imaginación e incluso la voluntad del lector, pero así viene relatada la génesis del rencuentro entre dos almas, amalgamadas desde el inicio de los tiempos, cuyo futuro no ha violentado aún nuestra actualidad y el palpitar de sus pechos mantiene su rítmica al compás de nuestros relojes.

25/06/2013

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