Místico personaje idílico,
nacido en los bosques húmedos,
así se te conoce en todas las latitudes,
pero no hay quien pruebe aún tu existencia.
Criatura traviesa, nacida de la noche,
escondes tras de ti objetos perdidos,
al mismo tiempo que tú te escondes
de aquellos imberbes siempre mezquinos.
Retozón de buena fe,
te achacan niños extraviados,
cuando lo único que se pierde
es la inocencia que hace creer en ti.
Pícara miniatura que te bañas en tesoros,
joyas escondidas de pelusa e impurezas,
que recolectas de alfombras
ora lo hurtas de los nidos vacantes.
Furtivos especuladores te asechan
procurando tu dorada olla,
pero el arcoíris prudente se desvanece
a tiempo para perderles el rastro.
Revoltoso y sagaz como eres,
no escapas a la oportunidad de hacerte oír,
mas cuando se trata de presentar el rostro,
rindes tu silueta ante las penumbras.
Deja de murmurarme al oído
que nunca deje de tenerte fe,
pues fuiste el incondicional amigo
que a hierro me cercenó la razón.
18/06/2013
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