Otro
caso de piratería, que la coyuntura en mi ciudad me trae a la mente, es aquel
relativo a los prestadores privados de servicios púbicos, quienes subrogan la
legitimidad de la gente abusando de la cruel necesidad. En efecto, se trata de
un gremio absolutamente corsario, el cual acomete lucrativamente contra todo
ingenuo que se le aproxime.
En
algunos casos mantiene un bajo perfil, achacándole sus propias deficiencias a
quien pretenda subrogar en su ausencia, ora se excusa en incapacidades legales,
perogrullos y carencia de competencia administrativa, ora se escuda en
carencias de recursos responsabilizando en el fondo al propio usuario.
Éste
tipo de artimañas emergen de la piratezca costumbre de tomar el botín para
enriquecimiento propio, en cuanto se le efectiviza aquel asalto de arcas
ajenas: toman el timón despojando o desconociendo al legítimo, para desviar la
nave y sus recursos hacia la ruta de su mezquina conveniencia. Lo más corsario
y falaz del caso es que, simulando la honorabilidad del servicio, desprecian su
ruta real e invierten los papeles, quedando el beneficiario original a la
deriva en un naufragio cual carnada de tiburones leguleyos. Tristemente el
servidor resulta sirviéndose del servido, y se lo sirve bien cocido en vajilla
fina.
Cruel
parodia que renace constantemente en las fábulas de zorros disfrazados de
ovejas, hasta que encuentren a la oveja negra, horma de sus zapatos, que logre
transmitir la rebeldía consciente en el rebaño, convirtiendo sus lanas en
aquellas garras de pumas con las que engullirán a las ratas y zorrillos. O al
menos queda la esperanza de justa victoria, que se cierne de las paradojas
morales de cualquier leyenda bucanera digna de prestigio…
12/3/2014
(ver: http://santiagoalonsomedeirosurioste.blogspot.com/2013/12/hasta-la-percepcion-resulta-pirateada-i.html y http://santiagoalonsomedeirosurioste.blogspot.com/2013/12/hasta-la-percepcion-resulta-pirateada-ii.html)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Tus comentarios me retroalimentan