Noche absolutamente intranquila, cargada de temores, pesadillas y horrores antes vistos en esta vida. Despierta con agobiante calor e inmediatamente tirita de frio su empapado y sudoroso cuerpo, que entre los conscriptores lazos de las sábanas que abrazan sin tregua, pierde noción de tiempo y espacio para recaer nuevamente en la febril pesadilla ofrecida demagógicamente y contra todo clamor popular.
Acá comienza toda la historia, acá se inician las tribulaciones, acá, en esta retrospectiva que acarrea desvelos e inyecta abruptamente al futuro cercano. Una y otra vez se repite la historia, cual ciclo predicho por el más oscuro de los brujos y quiromantes. Las ánimas agobiadas se aferran al bramido carnal, creyéndose dignos de piedad y susurrando hechizos en salvaguarda de la humanidad en vela. El tétrico arrepentimiento de engrosar la masa de omisiones carcome el alma y acelera el palpitar, invitando a hurtar fuerzas de lo utópico, desenvainar las gélidas y carcomidas armas, punzar espuelas en la cabalgadura y embestir a la tiranía: ¡tarea cada vez más imperativa!
Con párpados semicerrados, pesadas pestañas que los coronan y enrojecidos de sangre resaltan los cansados ojos que les dan la esférica forma. Abrumadoras ojeras y pálido rostro marcan los canales de cansado semblante. Son los resabios de un alba mal habida, que con un frio lavado y fuerte café, engañarán al cuerpo para que asuma responsablemente el compromiso hecho horas antes ante sus demonios.
Camino al establo se termina de despabilar aquella soñolienta, cronometrando minuciosamente cada paso a dar en el ejercicio de su estrategia. Apea en la realidad y solemnemente saluda a sus amados corceles, para escoger a su torda favorita al finalizar columna de recua.
Con yegua ensillada, toma impulso para superar el peso de armaduras y alhajas, y emprende firme cabalgadura, desechando antes las reatas y el bocado, pues en esta lid toca consecuencia, y si de consecuencia se trata, es notable ver que su arreo prescindirá de frenos y controles, mas la técnica y el dócil contacto le permitirán guiar la embestida mediante liderazgo y pericia.
Hábil negociadora, de la razón sabrá siempre valerse.
Empuñado con la izquierda el sable libertario, galopa a la par de brisa tormentosa, con furibunda decisión, sin pausa y mucha prisa viene la colosa, dejando sin cabeza a jerarquías inicuas, apoyando suavemente la palma de la diestra, en cariñosa actitud, sobre el grueso cuello y tupida crin de su cana compañera, la cual supura espuma cargada de adrenalina.
Uno tras otro, caen ensangrentados los canallas y se derrumban de insignificancia sus canalladas: cerrajera habilosa, cercena barrotes y reparte arados, funde tesoros y recupera valores, deglutiendo progreso nos rescata de ficciones, y a lo que con el puño los reyes trazaron fronteras, con su codo y sapiencia borrará de los mapas. Poco a poco la humanidad se le unirá entera, pues convence al filántropo y al que tiene flojera, educa al burro y despierta al sonámbulo borrego, fortalece al débil y blinda al honrado.
Aprendiz elocuente de magnánimos filósofos áticos, consciente los poderes de la participación directa en cada batalla. Pues de eso consta la verdadera democracia: aquella parida, modificada, asesinada y nuevamente concebida por el propio pueblo, desentendiéndose siempre de aquellos oportunistas que a modo de estelionato la usurparán denominándose sus representantes. Esa es la forma en que engrosa su ejército, reduciendo al enemigo en su mínima expresión y empoderando al otrora cautivo para que luche a su lado.
Aquí viene ella, nuestra salvadora, la valerosa rebelde, la implacable redentora, aquella que degollará al vil con liderazgo sutil, razonando y amansando, pero fundamentalmente ejemplificando con sus actos, los clarísimos axiomas de moral solidaria, paz igualitaria y justicia libertaria. Sólo ella nos despojará de esta pesadilla, sólo ella desenmascarará la actual mentira. Ella es Anarquía y sólo ella domina al caos y libra de la tiranía.
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