Estoy mejor que nunca. Como no hacerlo, si por fin me encuentro nuevamente; como no hacerlo si por fin dejo que me encuentren; como no hacerlo si ahora vuelvo a comprender que en la crueldad de la vida es donde se esconden los mejores tesoros de uno mismo; como no hacerlo si tengo la constancia de que hay algo al otro lado del sol; como no hacerlo si ahora tengo la oportunidad de coquetear con las tensiones del prójimo, que generan mi rebeldía; como no hacerlo si lo racional es placebo y lo irreal no deja de ser fútil.

miércoles, 9 de abril de 2014

EUTANASIA III

Efectivamente se trata de ella, del hada que se aparece como mi pareja en los sueños que glorifican mi tormento. Mucho más delgada que lo que la recuerdo de las alucinaciones, con el rostro completamente demacrado, caladas mejillas entornadas por oscuras ojeras e irritadísimos ojos, pero esta vez con una cintura muy remarcada y adolecente del fértil vientre. Algunas canas pintan su azabache cabellera y las arrugas empiezan a pronunciarse en su rostro, ¡oh leal compañera! ¿Cuánto tiempo llevaría postrada a mi lado?


Por una casualidad motivada en energías reprimidas dentro de un cuerpo flácido, cual efecto kármico o designio divino, ora cósmica piadosa en fusión enérgica, se aproxima el médico para posar, una vez más, sus carnudas pinzas dactilares en mis párpados y esculcarme como a aquel maniquí inerte que le fuera provisto en prácticas universitarias de anatomía, al mismo tiempo que, elevando su voz, enfatiza la importancia vital de reforzar mi ser consciente a través de arrullos de cariño y manifestaciones de vida, pretendiendo así convencer al estropajo que llevo de cuerpo, para que se incorpore pronto a la vida que lo aclama.

8/4/14


CONTINUARÁ...


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