¡Qué alegría se siente en el ambiente! Es
realmente notoria la proximidad de la fiesta democrática que, como toda fiesta,
promete mucho a raíz de su aparición esporádica y la larga espera a la que nos
obligó su recurrencia. Como toda fiesta carga muchas esperanzas susceptibles de
convertirse, con toda seguridad, en frustraciones que alimenten una nueva
espera hasta su próximo capítulo. En efecto, esa expectativa de mejorar las
cosas a través de un sufragio quinquenal, deja en nosotros el sabor de triunfo
por el sólo hecho de plasmar dibujo libre en un pedazo de papel colorido, en el
cual algunos alimentan su vocación de agregar bigotes o lentes a los personajes
plasmados, ora escribir groserías que sólo disfrutarán un selecto grupo de delegados,
ora colocar conscientemente una pequeña cruz dentro de un único recuadro
esperando por arte de magia hacerlo tridimensional al oráculo que lo
representa, para que éste nos conceda tras su humeante aparición, los tres
deseos fundamentales que resolverán el resto de nuestras particularidades.
Pero bueno, más allá de lo folklórico que
pueda sonar el hecho de creerse parte activa en nuestra vida extra doméstica, en
la que realmente nos tienen bien domesticados además, viene bien imbuirse de un
poco de imperativo categórico y ser críticos pensantes de lo que realmente
representa y cual su verdadero alcance:
En primer lugar, lo que ya acarreaba
implícitamente lo anterior, se debe tener siempre presente que la
responsabilidad de ciudadanía nunca debe quedar limitada por las urnas, cosa
que se complica a medida que le delegamos poder a un autoritarismo centralista;
En segundo lugar, se debe tener bien en cuenta
que todo contrato se perfecciona con la manifestación de voluntad de las partes
cuyos vicios de nulidad se resumen en la obligatoriedad y violencia impresas en
algún sujeto, por tanto, el contrato social debe perfeccionarse con la
manifestación de voluntad de los soberanos, los cuales se muestran a través de
un proceso llamado sufragio, que se vicia de nulidad al momento de establecerse
su obligatoriedad;
En tercer lugar, siguiendo en el marco de
análisis contractual, se exige que los contratos sean sinalagmáticos,
equitativos, conmutativos, sensato para ambas partes y vemos que siempre se
llevan la mejor parte quienes arrogan nuestro poder, para atragantarse de
intereses mezquinos sin resolver realmente lo que enuncia el mandato que les
transferimos.
En cuarto lugar, el carácter de eligibilidad
exige siempre que existan contrastes y diferencias entre las cuales se pueda
tomar una decisión, mas en la generalidad de los casos, somos tan adolecentes
que nos conformamos con simples matices en el augurio de sometimiento.
En quinto lugar, las reglas del juego deben
ser iguales para todos los contendientes, claras, predefinidas, transparentes y
fundamentalmente sin hacer uso indebido de recursos que no les pertenecen, ergo
el poder del Estado en casos de candidaturas oficialistas.
En sexto lugar, las bases de conocimiento
respecto al proceso al cual estamos alimentando: saber cuál es el programa de
cada candidatura, sus verdaderas diferencias del resto, sus verdaderas
intenciones, además saber en qué contexto se mueve todo el proceso, conocer
datos de censos, veracidad de encuestas, veracidad de información vertida,
origen y pretensiones de cada contendiente, incluso el grado de angurria que
los impulsa.
Séptimo lugar, tener acceso absoluto y
transparente a los corolarios veraces del proceso, lo cual es imposible desde
el momento en que se desechan las pruebas supuestamente plasmadas en una buena
fe de quienes certifican los resultados.
En fin, pueden ser muchos los tópicos a
analizar en cada proceso electoral, los cuales de cierta manera nos podrían
esclarecer de cierto modo la sinceridad con la que nos llevan a pastar a su
establo los próximos amos de nuestras vidas. Pero lo de turba borreguil no nos
lo quita ni la más cruel trasquilada, porque a pesar de los desencantos,
seguiremos esperando con ansias la próxima fiesta de placebos y dopaminas,
llena de matufias entrelazadas que surcan las pulsaciones del ser sumiso ataviadas
con surrealismo y psicodelia.
14/08/2014
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