Estoy mejor que nunca. Como no hacerlo, si por fin me encuentro nuevamente; como no hacerlo si por fin dejo que me encuentren; como no hacerlo si ahora vuelvo a comprender que en la crueldad de la vida es donde se esconden los mejores tesoros de uno mismo; como no hacerlo si tengo la constancia de que hay algo al otro lado del sol; como no hacerlo si ahora tengo la oportunidad de coquetear con las tensiones del prójimo, que generan mi rebeldía; como no hacerlo si lo racional es placebo y lo irreal no deja de ser fútil.

lunes, 14 de julio de 2014

DE FRENTE


Ruego me toleres, sin angustias por un presunto acoso ilusorio, pues la intención no lastra voluptuosidades instintivas, sólo tratase de sincronía con el cosmos y tomar un respiro al ritmo de la aurora, para luego reescribir aquella historia que nunca fue, a pesar de plasmarse en la inconsciencia.

Espero no incomodarte. No quisiera que seas alimento de mi embriaguez, mas tu luz me absorbe hasta encontrar la profunda oscuridad del abismo eterno, ora tu fragancia nutre el silencio que guardo en el epitafio de mi pudor, mientras espero sereno y solemne, perfilando una mirada fija que estrangule la inclemencia de suspiros rebeldes. Aquellos suspiros que manifiestan movimientos bruscos y repentinos de alegrías extraviadas, que al procurar reencontrarse, sólo dejan un huracanado vacío a ser cubierto por halos de tristeza y melancolía ranciada; y luego, cual fermento, elevan un tufo que crispa lágrimas en los cristalizados ojos ahogados de pasado.


Solamente deseo admirarte con respeto y holgada distancia, como cuando se aletarga la razón junto a prosaica hoguera, cuyas llamas siempre reflejan el negativo de un alma extraviada, deshilachándose de soledad al compás de aquellas brazas que pierden brillos ante la muerte, agotándose en magras cenizas de un candor pasional pretérito.

23/6/2014


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