Estoy mejor que nunca. Como no hacerlo, si por fin me encuentro nuevamente; como no hacerlo si por fin dejo que me encuentren; como no hacerlo si ahora vuelvo a comprender que en la crueldad de la vida es donde se esconden los mejores tesoros de uno mismo; como no hacerlo si tengo la constancia de que hay algo al otro lado del sol; como no hacerlo si ahora tengo la oportunidad de coquetear con las tensiones del prójimo, que generan mi rebeldía; como no hacerlo si lo racional es placebo y lo irreal no deja de ser fútil.

jueves, 8 de mayo de 2014

MONSTRUO EN CAUTIVERIO

Te busqué en todos los rincones de la urbe, anduve rastreando en parajes lejanos y tupidos bosques, que me condujeron al escarpado abismo, a aquel oscuro despeñadero que hiela la sangre y carcome el alma, sabiendo que ni ahí te encontraría hasta hurgar en mí mismo.

Dulce mariposa, siempre delicada, siempre hermosa. Arrebataste mi ser y enajenaste mi esperanza, cundiéndome de miedo a brusca escena, de estropear tu delicadeza con mi tétrica cabeza. Estabas aún allí, esperando a que la luna bajara a la tierra para reflejar tu dulce rostro y resaltar el carmesí de tus labios, en tanto yo seguí siendo un monstruo en cautiverio.

¡Oh fría soledad! aferrada a mí hasta la asfixia, confundiendo la felicidad con el amargo sabor de la muerte. La cabalgadura extraviada y el fogoso candor de la tierra derritiendo el carácter, mientras el tenaz viento limpiaba los restos de una magra ceniza que amortiguó un andar errante.


Desgarrando las montañas, se me escaparon las sombras entre tinieblas. Lúgubre peripecia que surcó los caminos de tu encierro, mientras pisaba frenético el acelerador, esperando que me lleve lejos de ésta angustia, augurando derrapar en mi última curva y virar al más allá, para descubrirte tras el velo de arcoíris.

(8 DE MAYO DE 2014)


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